jueves, 27 de junio de 2013

El problema está en que me encariño muy rápido, y luego tardo mucho en olvidar

Lo normal.

Las cosas empezaron bien, nos vimos unos días. Cine,
mantas, risas, cervezas, maquillando el pasado para parecer
más de lo que somos... vamos, lo normal. Así unos días
hasta que uno de los dos pidió algo más. Ese fue el punto de 
ruptura para que el terreno que pisábamos comenzara a
desnivelarse. Vinieron entonces los pretextos, los regantes, 
los mensajes a deshora, las llamadas distanciadas en el
tiempo... vamos, lo normal. Se empezó a cumplir esa extraña
teoría de que el amor son vasos comunicantes donde uno 
quiere y el otro deja de querer. Al final, con el corazón sin 
presupuesto, tú te cansaste de perseguir, de no encontrar 
las llaves que abrían las puertas de mi alma y una buena
tarde, después de unas semanas dándote excusas para no 
verte me enteré de que volabas en otro colchón, con
otro que no era yo y yo, que tantas veces te esquivé,
comencé a quererte. Vamos, lo normal. 

martes, 11 de junio de 2013

Like a fucking skyscraper.

Y por esas mismas inhalo buena mierda y exhalo tu puta mierda. Despidiéndome de lo más bonito que nos queda en blanco y negro, diciéndole hola,y adiós al futuro que los dos queríamos, que casi rozábamos con las yemas de nuestras manos, hechas a medida la una con la otra, pero que nunca será y ya me explicarás cuando nos volvamos a encontrar por qué. Mantengo un guerra en mi mente con la que es imposible retener ni un segundo la calma... Así que ya va siendo hora, de volvernos a mirar con los ojos empañaos, mirando pal frente con la más falsa de las sonrisas y diciéndonos adiós con los labios cortaos de todas las ganas que guardaban de no volver a separarse nunca. C'est la vie...    
Atentamente, siempre tuya.



domingo, 9 de junio de 2013

Deja a un el mal de amores

Si no estas conmigo ahora es por errores del pasado.

http://www.youtube.com/watch?v=0l9BLK13VYk

Defíneme placer. ¿Qué es placer?

Si tomamos por el placer todo aquello que nos 
hace felices la lista sería interminable, por eso, 
para mi definición de placer debo incluir el adjetivo exclusivo.

Un placer es algo irrepetible, o algo que cada
vez que se repite te produce la misma sensación divina y las mismas ganas 
de que no acabe nuca.

Es el punto donde se fusionan, subconscientemente, tus crisis cerebrales con 
tus energías y temblores provocándote una sensación espeluznante y abrumadora
al mismo tiempo.
Llevado a la práctica, un placer es algo así como... #TimeOut



                                                                                                                          HelenaOlalla



domingo, 2 de junio de 2013

El whisky con hielo y el amor contigo.

Si te cuento mi historia lloras, por eso te hago reír, por eso te ayudo, por que es lo que siempre he esperado que hagan por mí.








I heard that you like bad girls honey, is that true?

Ya es que últimamente ni yo me cumplo lo que me prometo.




sábado, 1 de junio de 2013

Poco se habla de lo mucho que matan los ojalás.

F U C K

- VERB [ FAAK]

-ing -we -s

Fuck can be used in maby ways and is
probably the only fucking world that can
be puy every fuckingwhere and still make
fucking sence. Fuckers

sábado, 25 de mayo de 2013

Solo con que me toque...



Dónde vamos tan deprisa me pregunta su sonrisa.

domingo, 28 de abril de 2013

Hace ya algún tiempo he estado pensando mucho en ti. Cada día que pasa se vuelve pesado. Me levanto, suelo hacerlo muy de mala gana, no me gusta mucho hacerlo. Me meto a bañar mientras me lavo los dientes y después me visto y hago lo que sea que tenga para el día. Un día me senté en mi sala a nada mas que a pensar, y pensé en ti. ¿Qué nos pasó? ¿Qué nos hizo llegar a este punto de no regreso? ¿Algún día regresaremos? Y si regresamos… ¿será para algo que valga la pena? De alguna manera siempre he pensado que las personas crecemos en distintos lugares y a diferentes tiempo. Que aunque nunca se termine el amor, los sentimientos cambian y las personas también. Como lo que sentimos al ver esa película que tanto nos gustaba y ahora no nos parece tan emotiva. O ese chiste que nos daba mucha risa, después de contarlo muchas veces, pierde la gracia. Y me pregunto muchas veces: ¿fui yo? ¿fue ella? ¿fue alguien más? No lo creo. Creo que lo que sucedió fue entre nosotros dos. Alguno de los dos se desvió del camino en el que íbamos de la mano y no conoce el vía de regreso. ¿Realmente quiero saber qué nos pasó? Sí. Pasó el tiempo. Pasó la vida. Pasaron los sentimientos. Me siento peor de no tener ningún tipo de comunicación contigo mas que por cartas. No me atrevo a llamarte por teléfono y verte no no es una opción ya para mi. Encontré una de las casualidades, la más grande de mi vida, y fue conocerte. Saber quién eras, qué querías de estar vida y qué estabas buscando. Haciendo todo eso que haces, desde querer crecer a destiempo o recuperar ese tiempo perdido que nunca se te dio la oportunidad de tener. Y dentro de esa casualidad lo vi muy claro. Los secretos. Esas cosas que nunca cuentas a nadie por el simple hecho de ser algo muy obtuso y generalmente, vergonzoso. Pero, ¿qué secretos podría tener una relación en la que ambos personajes viven en diferentes lugares? ¿Se escucha irónico? Pues así es. Muchos. Por más que le abras el corazón a una persona que amas, suceden cosas en el transcurso de eso que llamamos vida. Antes de tu vida con esa persona, durante o después. Siempre ocurren. Desde alguna mirada que se cruzó en tu camino, hasta ese beso que nunca olvidarás. Y ahora está la pregunta casi obligada, ¿qué cosas oculté de mi hacia ti? Cosas tan vergonzosas que no quisiera que tu supieras nunca. Incluso hablando a corazón abierto, nunca podría haber hecho algo para romper esa imagen que tienes/tuviste de mi. Cosas como haber estado con muchas mujeres antes que tú. Aprender de la vida con cada persona que toqué. No quisiera confundir mi honestidad (que siempre de ti), con el ocultar parte de mi pasado que nunca quise que se mezclara con el presente que viví contigo. El hecho que dejé a una mujer por ti. Qué engañé a muchas de las mujeres con las que estuve, hasta el hecho de cada viaje que hice en compañía de cualquier amigo. Sentirme aliviado de toda culpa sería una mentira porque nunca lo estuve. Era un desastre mi vida hasta que te conocí. Conocí la estabilidad a un grado que nunca lo había visto. La ignorancia en la que viví hasta cruzar miradas contigo. El decidir borrar mi pasado fue una decisión que tomé con placer para poder estar contigo. Pero olvidemos el pasado por ahora, y pensemos en el presente inmediato que se convirtió en el ayer. Tú y yo. ¿Qué nos pasó? Simplemente siento que ninguno de los dos se permitió aceptar los cambios repentinos y transgresivos que ocurrían en nuestras vidas. Y con esto quiero decir que los dos, fuimos cambiando con el paso de los años. Ya no eras esa mujer débil, sensible que necesitaba de alguien. Y yo no soy aquel chico que no sabía que hacer de su vida, que iba de esquina en esquina buscando eso que lo tenía vacío. De niños nos convertimos en jóvenes, y luego a adultos. Tú, esa mujer que sabe lo que quiere, que busca y encuentra. Yo, en ese hombre intelectual y foráneo. Mi constante agresividad al cambio. Quería que todo quedara tal y como lo dejé el día que partí. Esa mujer esperando mi llamada para correr a mis brazos y hacer el amor en mi cuarto, mientras mis padres aún no llegaban. Irnos a cualquier lado con la esperanza de huir de todo el mundo. Escapar juntos siempre fue un sueño que tuve. El tener hijos y construir esa casa en la que siempre soñamos. Mi resistencia fortuita al cambio nunca había sido tan grande. Quería que siguieras siendo esa mujer que no piensa en nada más que el estar con esa persona que ama. Que no conocieras a nadie por temor a que te enamoraras de lo desconocido. Pero, ¿qué podría hacer yo más que retenerte de eso que indudablemente sucedería? Nada. No se puede retener a un alma libre de conocer el mundo. Y nunca quise que te enamoraras de todo aquello que probaran tus manos, tus ojos, tus labios y tus pies. Te enamoraste de la danza al nivel que toda tu vida giraba en eso. Despertabas para bailar y dormías al compás de la síncopa. Puedo asegurar que tu amor a la danza era el más grande que te he conocido. Tu afición a conocer a las personas. Probar sus historias y saborear el aire de lo desconocido, era más imponente que el estar conmigo. Olvidarme habría sido fácil si nunca hubiera vuelto a verte. Acepté el hecho de que deseabas terminar nuestra relación con puro desasosiego, creyendo que sería lo que realmente deseabas de corazón. Tus silencios me decían lo que creí por años. Y ahora me decían que no querían estar conmigo. Estaba forzándote a estar conmigo otra vez, y no podría permitírmelo. Así que decidí dejarte libre. Para que hicieras lo que nunca te permití: Estar con otro hombre. Conocer a qué huele el perfume de otra persona. Besar otros labios. Seducir a otros cuerpos y hacerles desear el tuyo, como a un perro que no se le ha dado de comer por 1 semana ofreciéndole un bistek. Furiosos por tocar ese cuerpo y hacerlo suyo. Conozco esa sensación. Y la he provocado, sé lo que se siente y sé, que te gusta hacerlo. Pero… ¿quería yo estar con alguien así? Es difícil de entender, que por muchas veces que yo haya tocado tu cuerpo, sentido tus labios y pasado noches enteras contigo, tu cuerpo no me pertenece. Nunca lo fue. Y hasta ahora “creo” estarlo entendiendo. El no encontrar las palabras correctas en una primera cita es entendible, pero el no hacerlo durante más de 8 años de relación, es ignorancia. Es como el ciego que no quiere ver, por pura necedad. Las personas vienen y van. Algunas permanecen y algunas sólo se quedan por determinado tiempo. Me gusta pensar que todo es temporal y no esperar una respuesta tuya, pero aún así salgo decepcionado. Cuento las estrellas y veía en cada una, una forma distinta de hacerte el amor. Y ahora, sólo veo oportunidades que han ido desapareciendo de estar contigo. Me he desgastado al punto que no quiero creer una palabra que sale de tu boca. Leo tus cartas y no encuentro coherencia alguna entre lo que escribes, y lo que haces. Por ahí dicen que el que le interesa algo, lo busca. Y sin embargo, nunca recibí más que silencios eternos de tu parte. Puedo escribir los versos más tristes esta noche, sí. Así es. Versos que a nadie le interesaría leer. Mujer, durante años aprendí a vivir contigo, a besarte de la manera que te gustaba, a hacerte el amor de la manera que acabáramos inundados en sudor. Hacerlo 4, 5 ó 6 veces y ver el amanecer juntos. El planear viajes y vidas que nunca realizamos. A percibir promesas que nunca se cumplieron. Y ahora, justo ahora que te escribo esto, fumando un cigarrillo, escuchando a Miles Davis, a las 7:41 de la mañana, pienso en ti y caigo en la conclusión de que te odio. Te odio pro haberme hecho pasar las mejores emociones de toda mi vida. Por haberme hecho feliz por todo el tiempo que estuvimos juntos. Y el terminar esto con un adiós. Un adiós de esos que no parecen ser definitivos, sin embargo lo son. No he aprendido aún a vivir sin ti. A caminar y pensar en lo que sea que no seas tú. ¿Qué caso tendría volver a la ciudad donde nos conocimos y donde pasamos los años transitando como dos almas perdidas que se encuentran? ¿Qué caso tiene si cada calle me recuerda los besos y promesas de vivir juntos? Ninguna, creo yo. El tiempo ha pasado y creo que no deberíamos vernos nunca mas. Pero mi ser dice que debería volver y quedarme contigo. Lo siento mucho. Por haberte hecho todo lo que te hice. Lo he dicho una y mil veces, pero no sabes lo difícil que ha sido para mi el no estar contigo. No es mi intención reprocharte nada sino, decirte que a pesar de todo, te quiero. Y espero quedarme de ti. Recordarte cuando sea prudente y volver a tener una vida común, como nunca la tuve. Te deseo lo mejor que tuvimos y más, con quien sea que estés. Que aprendas que vida está llena de tristeza, que volvemos sonrisas. Compartir de tu vida fue lo mejor que escuché y vi. Quizás nos volvamos a ver algún día. Pero no me gusta hacerme la idea de hacerlo. Sólo deseo no sentir nada más que una ligera melancolía de lo que fue.