Lo normal.
Las cosas empezaron bien, nos vimos unos días. Cine,
mantas, risas, cervezas, maquillando el pasado para parecer
más de lo que somos... vamos, lo normal. Así unos días
hasta que uno de los dos pidió algo más. Ese fue el punto de
ruptura para que el terreno que pisábamos comenzara a
desnivelarse. Vinieron entonces los pretextos, los regantes,
los mensajes a deshora, las llamadas distanciadas en el
tiempo... vamos, lo normal. Se empezó a cumplir esa extraña
teoría de que el amor son vasos comunicantes donde uno
quiere y el otro deja de querer. Al final, con el corazón sin
presupuesto, tú te cansaste de perseguir, de no encontrar
las llaves que abrían las puertas de mi alma y una buena
tarde, después de unas semanas dándote excusas para no
verte me enteré de que volabas en otro colchón, con
otro que no era yo y yo, que tantas veces te esquivé,
comencé a quererte. Vamos, lo normal.